¿Cuáles son las principales diferencias entre big data y smart data?

big data y smart data

Hoy en día, la mayoría de empresas utiliza tecnología enfocada al almacenamiento de datos para impulsar el crecimiento de su negocio y mejorar su competitividad en el mercado. Dentro del campo de la ciencia de los datos, existen dos vertientes importantes para esta finalidad: el big data y smart data.

Estos dos conceptos traen grandes beneficios en la toma de decisiones de las empresas que los implementan, por lo que es necesario conocer qué hace cada uno y cómo puede aplicarse en el sector empresarial. 

 

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¿Qué son el big data y smart data?

Es usual que big data y smart data sean utilizados como sinónimos por sus definiciones tan parecidas; sin embargo, cada uno cubre aspectos diferentes. En primer lugar, el big data es toda aquella masa de datos, estructurados o no, a los que no se les ha concedido una adecuada interpretación.

En cuanto a sus características, los expertos en este sector señalan las 4 V’s del big data que forman los pilares en los que se sustenta este concepto:

  • Volumen. Éste suele ser excesivamente grande porque es importante contar con una cantidad amplia de datos.
  • Velocidad. La rapidez en la recopilación de datos es vital para mantener el valor competitivo de las empresas.
  • Variedad. Los datos provienen de todas partes, por lo que es necesario reconocer qué información es relevante.
  • Veracidad. Es común filtrar datos que son falsos, así que es esencial realizar un filtrado de aquella información que es verídica.

Para que estos datos tengan sentido y puedan mejorar la competitividad de una empresa, es preciso extraer su auténtico valor y es ahí donde entra el smart data, que es la transformación de los datos en información precisa, representativa y oportuna para la toma de decisiones.

Por tanto, podemos mencionar que el smart data son todos aquellos datos del big data identificados como relevantes, así como sus resultados y conclusiones. 

 

¿Cuáles son las diferencias entre ambos?

Hemos mencionado ya que tanto el big data como el smart data son dos de los conceptos más relevantes de la ciencia de los datos. Si bien en un principio pueden parecer similares, cada uno cubre aspectos diferentes; la diferencia más importante entre ambos es que el big data se refiere a cantidad mientras que el smart data es calidad. Sin embargo, existen también otras diferencias, de las cuales podemos destacar tres:

  • Tipo de información.

El big data brinda una inmensa cantidad de datos que son considerados estáticos y sin interpretación. Por su parte, los procesos del smart data permiten el acceso a información procesada e inteligente, lo que le confiere un mayor dinamismo. 

  • Calidad de datos.

El big data describe cantidades masivas de datos que pueden ser estructurados o no; estos son recopilados diariamente por todo tipo de industrias, sectores y canales. 

El smart data se describe como grandes datos que ya han sido limpiados, filtrados y preparados para ser utilizados y, a diferencia del big data, están libres de errores; por ello, son los indicados a utilizar en diferentes circunstancias, por ejemplo, la toma de decisiones empresariales.

  • Pilares.

Anteriormente, se ha mencionado que el big data se fundamenta en 4 pilares principales; sin embargo, esta información sigue sufriendo de ser una generalidad y carece de objetivos que permitan una visualización clara de los datos.

En cuanto al smart data sólo cuenta con un principal pilar que es el del valor de los datos, lo que significa que toda la información obtenida es recogida y analizada hasta definir información de valor. Es por eso que las empresas pueden valerse de lo obtenido para el mejoramiento de sus operaciones y procesos. 

 

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¿Cómo aplicarlos en el sector empresarial?

En la actualidad, para las empresas es fundamental contar con información para el desarrollo de estrategias adecuadas enfocadas al crecimiento y la toma de decisiones. No obstante, es necesario lograr un equilibrio entre la cantidad y la calidad para que los datos logren obtener una aplicación práctica.

Es por esto que para los negocios es necesario invertir en recursos para el desarrollo de un modelo de inteligencia empresarial y en la recopilación de datos del mercado, la competencia y los clientes pero, sobre todo, es imprescindible aprender a utilizarlos de forma eficiente. Cualquier empresa que desee incrementar su competitividad necesita implementar la tecnología a sus procesos y transformar esa cantidad de datos en información contrastada y útil.

Es así como se necesitan seguir una serie de pasos para poner en marcha la utilización del big data y smart data. En primer lugar, se debe definir exactamente cuáles son los objetivos comerciales y estratégicos de la empresa; a partir de esto, es necesario determinar qué datos a recopilar son los adecuados para lograr dichos objetivos y así comenzar a categorizar la información y eliminar la irrelevante. Por último, se debe realizar un análisis a estos datos a través de métricas y metodologías adecuadas.

A modo de conclusión, podemos mencionar que big data y smart data son conceptos que, si bien pueden parecer muy similares, cada uno abarca aspectos distintos del almacenamiento de información. Además, resultan muy importantes para las empresas en la actualidad ya que favorecen la toma de decisiones dentro de ella así como mejoran sus procesos y operaciones. 

 

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